viernes, 9 de mayo de 2014

La enseñanza

Después de recorrer por horas, mi hermano y yo estábamos hambrientos, así que decidimos hacer una última parada antes de tomar el metro, nos detuvimos en un local en donde vendían café y dulces, mi hermano se pidió un café y a mí me compró una media luna y una bebida, mientras él pedía las cosas me quede sentada junto a una señora con el pelo canoso por los años. En ese instante llegó un hombre con ropa de obrero rasgada y su pelo sucio, se notaba que era un vagabundo, él metió su mano en su bolsillo y sacó una moneda de $500 pesos, luego se dio media vuelta y me miro y yo le sonreí, más tarde se acercó hacia la señora y le pidió $100 pesos que le faltaban, ella mirando con desprecio dijo “que mal que huele aquí” y el solamente triste bajo la mirada, mirando feo a la señora me pare y le di $50 pesos que tenía en el bolsillo a él, tomo la moneda y se dio vuelta, unos pasos más allá volvió a sonreírme y me dio las gracias, en eso llegó mi hermano y dejando las cosas en la mesa escuché a los que atendían el local que querían echar a el señor, y él con los ojos entristecidos dijo “yo solo quiero comer, mire tengo dinero”… pero los que atendían y la señora que hace un rato estaba sentada al lado mío insistían en echarlo , Le pedí $500 pesos a mi hermano y ella me dijo “no hagas tonteras”, empujé a la señora y me dijo “niñita desubicada, ten más educación antes de pasar” y mi hermano dijo “más  respeto señora”, yo ya cansada me paré en una silla y dije “¿Qué se creen ustedes, solo por que una persona sea pobre van a tratarla de esa manera?, él es como todos ustedes solo que con diferencias sociales, pero eso no implica que sea menos persona y que no tenga los derechos que tenemos nosotros, “yo creo que él tiene más sentimientos que usted señora”, fui donde la cajera y le pedí una empanada, ella no quería dármela, así que mi hermano amenazó con llamar a los carabineros, que estaban cerca de aquí, así que ella me vendió la empanada pero de mala gana, con ella en la mano se la entregué al señor que estaba afuera con la cabeza baja y le dije “No puede dejar que lo pasen a llevar de esa manera, usted tiene todos los derechos de ir a comprar como cualquier persona”, pero el señor dijo “¿Me podría comprar un quequito es que es para mis perritos ellos no han comido hace días prefiero que coman ellos antes que yo” y ahí mi corazón se rompió, me pasó los $500 pesos que tenía y le compramos dos café un queque y dos panes con jamón, él me lo agradeció, yo lo abracé y él se marchó unos pasos más allá, junto a mi hermano notamos que dos perros se le acercaban lentamente; Jamás había visto uno ojos tan alegres como las de ese señor ese día.


Mundo narrativo: Cotidiano
Focalización: Interna
Tipo de narrador: Protagonista
Tiempo narrativo: Lineal
Estilo: Directo
Autora: Moira Pavez


1 comentario:

  1. Me gustó mucho el cuento, porque dice la verdad, en estos tiempos la gente mira con desprecio a los pobres y esto debería cambiar.

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