Después
de recorrer por horas, mi hermano y yo estábamos hambrientos, así que decidimos
hacer una última parada antes de tomar el metro, nos detuvimos en un local en
donde vendían café y dulces, mi hermano se pidió un café y a mí me compró una
media luna y una bebida, mientras él pedía las cosas me quede sentada junto a
una señora con el pelo canoso por los años. En ese instante llegó un hombre con
ropa de obrero rasgada y su pelo sucio, se notaba que era un vagabundo, él
metió su mano en su bolsillo y sacó una moneda de $500 pesos, luego se dio media
vuelta y me miro y yo le sonreí, más tarde se acercó hacia la señora y le pidió
$100 pesos que le faltaban, ella mirando con desprecio dijo “que mal que huele
aquí” y el solamente triste bajo la mirada, mirando feo a la señora me pare y
le di $50 pesos que tenía en el bolsillo a él, tomo la moneda y se dio vuelta,
unos pasos más allá volvió a sonreírme y me dio las gracias, en eso llegó mi
hermano y dejando las cosas en la mesa escuché a los que atendían el local que
querían echar a el señor, y él con los ojos entristecidos dijo “yo solo quiero
comer, mire tengo dinero”… pero los que atendían y la señora que hace un rato
estaba sentada al lado mío insistían en echarlo , Le pedí $500 pesos a mi
hermano y ella me dijo “no hagas tonteras”, empujé a la señora y me dijo
“niñita desubicada, ten más educación antes de pasar” y mi hermano dijo
“más respeto señora”, yo ya cansada me
paré en una silla y dije “¿Qué se creen ustedes, solo por que una persona sea
pobre van a tratarla de esa manera?, él es como todos ustedes solo que con
diferencias sociales, pero eso no implica que sea menos persona y que no tenga
los derechos que tenemos nosotros, “yo creo que él tiene más sentimientos que
usted señora”, fui donde la cajera y le pedí una empanada, ella no quería
dármela, así que mi hermano amenazó con llamar a los carabineros, que estaban
cerca de aquí, así que ella me vendió la empanada pero de mala gana, con ella
en la mano se la entregué al señor que estaba afuera con la cabeza baja y le
dije “No puede dejar que lo pasen a llevar de esa manera, usted tiene todos los
derechos de ir a comprar como cualquier persona”, pero el señor dijo “¿Me
podría comprar un quequito es que es para mis perritos ellos no han comido hace
días prefiero que coman ellos antes que yo” y ahí mi corazón se rompió, me pasó
los $500 pesos que tenía y le compramos dos café un queque y dos panes con
jamón, él me lo agradeció, yo lo abracé y él se marchó unos pasos más allá,
junto a mi hermano notamos que dos perros se le acercaban lentamente; Jamás
había visto uno ojos tan alegres como las de ese señor ese día.
Mundo
narrativo: Cotidiano
Focalización: Interna
Tipo
de narrador: Protagonista
Tiempo
narrativo: Lineal
Estilo: Directo
Autora: Moira Pavez
Me gustó mucho el cuento, porque dice la verdad, en estos tiempos la gente mira con desprecio a los pobres y esto debería cambiar.
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