lunes, 26 de mayo de 2014

El gran trueno

Un día después de una larga lluvia Rómulo se decidió por fin a abrir las cortinas azules de su linda pieza…
El intenso miedo que le producía ver lo que había mas allá de sus cortinas, lo había convertido en un niño de poca comunicación, muy callado y con raras costumbres. Su madre Alicia miraba a Rómulo con impotencia de no poder convencerlo de que atrás de aquellas cortinas azules había una linda vista a su vecindario.
El aun no entendía el sentido de no querer ver mas allá, pensaba que el hecho de conocer lo que había ahí le iba a producir curiosidad y cuya curiosidad lo lograría internar en lugares donde él no se sentiría cómodo. Avécese escuchaba ruidos de niños jugando, de perros ladrando y uno que otro auto tocando la bocina.
El día martes después de un día de colegio, llego a su cuarto tiro su mochila, se saco con desesperación su uniforme, con un pensamiento distinto al de otros días , creía que se sentía preparado para dar ese gran paso. Como aficionado a las estrellas y a los misterios del universo Rómulo tenía un telescopio, el cual solo tenía una imagen… el azul de sus cortinas. De vez en cuando ponía sus ojos el el frio orificio, para mirar su cortina he imaginar que así era el universo, las pelusas eran estrellas y las manchas de chocolate se transformaban en increíbles hoyos negros, por momentos le daba la tranquilidad y le hacía pensar que si conocía el universo y su vecindario por completo.
Aquel día martes parado frente de su telescopio su cuerpo se lleno de adrenalina y una extraña sensación de escalofríos, sabía que había llegado ese momento. Movió lentamente su telescopio, corrió alguno que otro cachureo y se encontró de frente con su mayor miedo, sus manos sudaban y con un temor inimaginable levanto su mano izquierda para acercarla a su cortina. Al palpar la suave tela de aquel miedo se dio cuenta de que no todo podía estar mal, al correr un tanto la cortina le entro un rayo de luz tenue justo a sus ojos lo que lo molesto pensando que quizás no allá sido una buena idea, cuyo pensamiento paso sin mayor importancia en su compleja forma de pensar. Al tomar la decisión, endureció sus brazos tenso  su cuerpo y en su mente la cuenta regresiva empezaba de tres. Tres…dos…y en el segundo que su mente y cuerpo estaban listos para enfrentar ese momento, un trueno de escalofriante magnitud estremeció a todo su vecindario en especial su pieza y mente, este fuerte estruendo lo hizo echarse para atrás de un golpe y lo convenció de no hacerlo en ese momento.

Luego de aquel horrendo sonido vinieron tres días de intensas lluvias, lo que le produjo una intensa ansiedad durante aquellos días. Al llegar el viernes tiro su mochila, se saco su uniforme, se paro frente a su cortina y ese día después de aquella larga lluvia por fin logro ver el verdadero universo.

Por Antonia Guzmán

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