Todo empezó
a los 5 años, la verdad hasta ahí mi vida era excelente, tenía bastantes
amigos, una familia muy linda, en fin, era lo mejor que me podía pasar, estaba
a poco menos de un mes de entrar a clases, la verdad estaba bastante
ilusionada, quería conocer aun más amigos,
más personas y poder divertirme con ellos, el problema fue que
nada resulto así… En mi primer día la verdad tenía bastante temor de dejar a
mis padres y me puse a llorar, todos mis compañeros al ver que yo lloraba
empezaron a burlarse, entonces deje de hacerlo, luego empecé a conocerlos y
todos me cayeron muy bien, éramos muy buenos compañeros e incluso amigos…
pasaron 3 o 4 años bien, tenía mis amigos, mi grupo y me iba bastante bien en
la escuela, hasta que de pronto me diagnosticaron una enfermedad, según mi
medico es bastante común pero yo no me convencía porque para mí no lo era;
pasaron unos meses y empecé a subir de peso abruptamente, era algo
incontrolable, no podía comer casi nada porque todo me hacia subir de peso y
ahí el doctor se empezó a preocupar -de mi supuesta enfermedad común- llegaba
al punto de subir de peso hasta tomando agua, era algo realmente raro y en ese
mismo año comenzaron las burlas, comencé a alejarme de todos, mis “amigos”,
compañeros e incluso de mis tíos y primos –los cuales éramos muy unidos- tenía
mucha vergüenza de mi, generalmente todos se burlaban, a veces en educación
física cuando teníamos que correr todos se reían y decían que yo no trotaba
sino que rodaba, que no saltara porque o si no podía partirse la tierra o cosas
así, pasaron 3 años y mi peso comenzó a regularizarse, si bien no era delgada
tampoco era tan gorda como antes, me empezaba a sentir bien, pero las burlas y
recuerdos no dejaban de estar, luego empezaron comentarios de que yo era anoréxica,
que era una “pobre estúpida” porque no comía que todos querían que yo estuviese
muerta, la verdad lo que más me marcó fue cuando estaba llorando por
las críticas de mis compañeros hacia mi persona, y alguien le dijo a un
profesor y este le respondió “déjala, es normal que se sienta así, solo
mírala”. En ese momento entre en una desesperación, no sabía cómo desahogarme,
que hacer, estaba perdida en una balsa en medio del mar sola sin nadie que me
ayudara muriendo lentamente bajo el sol lanzándome sus rayos de críticas
y burlas, y yo intentando inútilmente ocultarme y resistir….No tenía amigos, mi
familia me odiaba, tenía a mis padres casi en la ruina con tantos miles de
tratamientos para que yo bajara de peso, hasta que un día en Internet encontré
la solución, el vomitar, a veces ni comía pero vomitaba, era una
costumbre, realmente me daba asco, me miraba en el espejo y me daba pena ser
yo, me avergonzaba, solo quería estar muerta…
Ya iba a cumplir 15 años, todos los adolescentes de mi edad esperaban una fiesta o algo así, la verdad yo solo esperaba bajar de peso (aunque realmente era un esqueleto), para mi mala suerte el día de mi cumpleaños caía día Miércoles y mis padres me obligaron a ir a la escuela, yo no quería, no quería seguir con esa rutina, esos comentarios, esas sonrisas falsas, las conversaciones de todos a mis espaldas, sus comentarios, burlas y críticas, las cuales mencionaban cuando yo estaba cerca para que las oyera, para que oyera lo tonta, estúpida y rara que era, para sentirme inferior y que ellos estuvieran en la cima, para ver si me defendía, pero yo no hacía nada, me quedaba ahí mirándolos, como si estuviera viendo una película, ya era así y no podía cambiar nada. Ese mismo día llego un compañero nuevo, la verdad lo vi y no me causo nada, lo hicieron sentarse conmigo ya que nadie se sentaba a mi alrededor y el me hablo, me pregunto cómo estaba, cosas de mí, me sentía como en un interrogatorio, como la sospechosa de un crimen sin cometer, como un ser extraño y fascinante del que nadie sabía nada hasta que en un momento de silencio le dije- ¿Por qué me preguntas cosas como si te importaran?- a lo que el contesto- ¿Por qué no me importarían?- en ese momento sentí algo que hace mucho tiempo no recordaba, tanto que apenas lo podía imaginar en la época en que yo era feliz ese tiempo que parece un rollo de película en blanco y negro… yo le importaba a alguien, me estaba escuchando sin criticas ni burlas, solo en silencio poniendo atención a cada frase que yo decía, fue hermoso. Al día siguiente fue lo mismo, hasta que decidí contarle mi historia; cada día nos fuimos acercando más y más, él se llevaba bien con todo el curso, era bastante popular.
Pasaron 5
meses de la llegada del chico nuevo a mi curso, lo que más me impresiona en
este momento es el hecho de que yo soy su mejor amiga, él me ha ayudado mucho
diciéndome cosas para subirme el autoestima y tratándome como a un persona no
como un ser extraño, me enseño cosas para distraerme, nos reíamos, para ser
sincera fue lo mejor que me pudo haber ocurrido, él era alguien que valía la
pena tener cerca, una persona con corazón y alma, que se ponía en el lugar del
otro y veía la belleza en donde otros no veían nada.
Un día me desperté como de costumbre y fui a la escuela, todo normal hasta que comenzaron rumores de que él era mi novio, la verdad yo no sentía nada más que allá que una amistad y creo que él tampoco. Una semana después de la escuela me invito al parque, era un día precioso, el primer día de primavera, nos sentamos un una banca y comenzamos a hablar y a reírnos como de costumbre, de repente pasaron unas niñas que creo que me odiaban, odiaban el hecho de que el pasara el tiempo conmigo, encontraban tonto el hecho de estar conmigo, por esto cuando pasaron al lado de nosotros una de ellas dijo “que pena que alguien como él se junte con ella, me daría vergüenza”, él se dio cuenta de esto inmediatamente vi su rostro y parecía que una tormenta se avecinaba nunca lo había visto tan enojado sus ojos que siempre estaban alegres y azules como el mar más calmado y transparente, ahora eran como el mar más agitado y difícil de navegar que me dio hasta un calosfrío, su rostro no se veía igual, parecía otra persona una muy diferente, alguien que yo nunca había conocido, mientras las niñas se burlaban del comentario yo solo baje la cabeza y comencé a llorar, pero él no se quedó ahí, él se paró y fue donde ellas y les pregunto porque me trataban así a lo que ellas solo se reían mientras decían “vamos tu solo estas con ella por pena”, él se dio vuelta me miro y yo a él mientras las lágrimas corrían por mis mejillas y dijo “si realmente le tuviese pena no estaría con ella, yo a ella la amo y la cuidaré de personas como tú”, al oír eso me paralice olvide porque estaba llorando y solo escuchaba en mi cabeza la frase “yo la amo” una y otra vez, ese comentario realmente me hizo sentir algo en el estómago, tenía una mezcla de emociones dentro de mí, no sabía qué hacer, que pensar ni que decir, mi mente estaba completamente en blanco.
Ya han
pasado 2 meses y ahora es mi novio actual, en los meses que tuvimos
de amistad me hizo ser mejor persona, me enseño a valorarme, hizo que pensara
de manera diferente, me presento a sus amigos y amigas, a los cuales
yo también puedo llamar amigos porque se dieron el tiempo de
conocerme y no guiarse por lo que los demás pensaban de mi,
el también me ayudo a volver a creer en los demás, a poder
comenzar a acercarme a mi familia de nuevo, a volver a creer en los demás,
el es alguien muy importante para mi.
Lo que les quería decir es que independiente de lo malo que les pueda ocurrir nunca bajen la cabeza eso casi me lleva a mi autodestrucción.
Espero que contando mi historia comprendan que por muy mal que lo estén pasando nunca bajen la cabeza, nunca se sientan menos que los demás, no escuchen los comentarios, yo realmente se que duele, pero también se que escucharlos no te lleva a nada, es solo una tortura; conocí el sufrimiento y vivir una constante tortura, pero tienes el poder de crear tu vida, con tus pensamientos, tus emociones, las palabras que utilizas, tu forma de ver el mundo intenta siempre que sea positiva porque la vida es muy corta para estar deprimido el resto de ella.
Si a ti no
te pasa nada, entonces no trates mal a los demás, no sabes cómo eso les afecta
a ellos, no critiques sin conocerlos y si los conoces…bueno eso es otro cuento
a lo que voy es que todos necesitamos ayuda tarde o temprano, no porque pases
un buen momento ahora significa que todo seguirá igual, quizás tu ahora te rías
de mí, pero mañana quizás te toque llorar a ti.
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Conclusión: “Nada es imposible,
lucha con tu corazón y alma, verás que todo tiene más color”
Mundo narrativo: cotidiano.
Focalización: interno.
Tipo de narrador: protagonista.
Tiempo Narrativo: lineal.
Estilo: directo.
Autora: Rocío Astete
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